En su casa-taller de Cieneguilla, entre árboles sembrados por ellos mismos y esculturas que apuntan al cielo, Mónica González Tobón y Percy Zorrilla —ella colombiana, él peruano— tejen una vida donde el arte y la familia son indivisibles. Con cinco hijos que han crecido entre planos de acero y geometría euclidiana, el equilibrio ocurre entre lo terrenal y lo cósmico.

"La maternidad y paternidad nos acercan a las fuerzas creadoras del universo", confiesa ella mientras su esposo ajusta el ángulo de una pieza que viajará a La Galería de San Isidro para su esperada bipersonal El hombre Pentágono y el misterio de las formas, que se inaugura este 14 de mayo.

-Geometría espiritual-

La exposición —una escultura y un relieve colaborativos, seis esculturas y dos relieves de Mónica, además de cuatro esculturas más dos relieves de Percy— es un viaje a lo que ellos llaman "el enigma del hombre en relación con el cosmos". El título evoca al pentágono como símbolo cósmico del hombre, heredero de tradiciones que van desde los pitagóricos hasta los frisos Ychsmas de Huaycán.

"Los pueblos antiguos entendían la geometría como un puente entre lo físico y lo espiritual", dice Percy. Para Mónica, el acero —material central de su obra— encarna esta paradoja: "Refleja la luz y se vuelve casi inmaterial, como si lo industrial pudiera trascender su propia naturaleza".

Ese diálogo con la tradición escultórica es clave. Ambos reconocen la influencia de Jorge Oteiza —quien veía el arte como "ocupación del espacio vacío"— pero subrayan su propia interpretación: "Nosotros creamos con planos de metal que se entrecruzan, donde el vacío organiza las formas", detallan. Esta búsqueda los acerca también a Kandinsky y su idea de la geometría como expresión de lo espiritual, o a James Turrell y sus "cajas de luz". "Nuestras estructuras son arquitecturas para el alma —agrega Percy—, como las catedrales góticas, donde la luz transforma el espacio".

-Dueto de acero-

Su relación —artística y conyugal— es el motor de la muestra. "Fue un desafío: dos personalidades fuertes enriqueciéndose mutuamente", admiten. La pieza conjunta, El hombre Pentágono, simboliza esta complementariedad: "Los opuestos se unen para crear un orden cósmico". Lejos de las performances agonísticas de Abramović y Ulay, ellos proponen una colaboración serena, donde el acero de ella dialoga con las formas de él en lo que podría llamarse un "arte relacional" fundado en lo sagrado.

Con obras públicas en Alemania, Emiratos Árabes y Vietnam, critican la falta de políticas culturales en Perú: "La escultura transforma el entorno, pero aquí no hay apoyo". Su formación en la PUCP bajo la guía de Adolfo Winternitz y Ana Maccagno —artistas sacros— los vinculó a una tradición latinoamericana que, como Chillida y Oteiza, busca lo divino en la materia.

Así, desde el 14 de mayo La Galería se convertirá en un espacio donde, según los artistas, "macrocosmos y microcosmos se encuentran". Entre el acero que desafía la gravedad y los relieves que atrapan la luz, los Zorrilla invitan a meditar sobre el misterio de las formas —y, quizá, sobre ese otro misterio que es crear, juntos, un universo propio. Salud por eso.

Lugar: La Galería

Dirección: Conde de la Monclova 255 - San Isidro

Horario: De lunes a viernes de 11 a 7 pm. Sábados de 3 a 7 pm

Hasta: 5 de junio.